Ya pasaron siete meses desde que Pepe y yo nos dimos el “sí” más importante de nuestras vidas.
Aunque apenas son siete meses de casados, no me cabe la menor duda de que ha sido la aventura más divertida y una historia que no deja de estar llena de amor, sorpresas, aprendizajes, risas y mucha complicidad.
Pero si viajamos al pasado y recordamos todo lo que vivimos para llegar a este día, seguramente te preguntarías, ¿cómo es organizar el día de tu boda y no enloquecer en el intento?
Es un hecho que la locura forma parte del paquete, así que es algo que no se puede evitar pero, si se puede sobrellevar.
Mi historia es un tanto particular, ya que desde el primer momento Pepe y yo sabíamos que queríamos casarnos y formar una familia.
Es increíble la sensación de saber que has encontrado a la persona correcta, porque todo se vuelve más sencillo y fluye padrísimo.
Cuando empezamos a platicar Pepe y yo de “LA” boda, en realidad no sabíamos cómo ni cuándo pasaría, solo que era un anhelo que compartía nuestro corazón y con el tiempo veríamos la manera de hacerlo realidad.
Recuerdo que pasó un año y medio de noviazgo cuando todo se tornó mucho más serio, todas esas pláticas comenzaban a tomar forma.
Lo primero que hicimos fue hablar con nuestros papás y darles la noticia.
Lo más curioso es que no teníamos absolutamente NADA, no teníamos un presupuesto asignado, Pepe ni siquiera me había dado el anillo, y mucho menos sabíamos por dónde comenzar, lo único seguro era nuestro amor, el compromiso y la confianza de que Dios se haría cargo de todo.
¡Y así fue!
Cuando comienzas esta nueva etapa, el exceso de información, consejos y opiniones puede ser un tanto abrumador.
Así que antes de tomar cualquier decisión, nuestro acuerdo como equipo fue que nada ni nadie podría influir en nuestro gran día, todo lo platicaríamos entre Pepe y yo, y eso hizo que este proceso fuera armonioso.
Una vez que pusimos las cartas sobre la mesa, fuimos a la Expo Bodas con el fin de empaparnos del mundo nupcial, ¡qué locura!
Durante nuestra primer visita vimos de todo un poco, desde proveedores, músicos y costos, hasta pasteleros, diseñadores de trajes y destinos soñados para realizar el evento, los cuales no nos convencían del todo.
Estábamos cansados y justo antes de “tirar la toalla” y salir con las manos vacías vimos a un grupo de especialistas que organizaban bodas en Morelos, el trato fue impecable y eso nos hizo sentir que estábamos en buenas manos.
Como parte de la experiencia nos invitaron a conocer sus jardines y finalmente nos llevaron a una boda organizada por ellos, a la cual nos ¡COLAMOS!
Debo confesar que ha sido de los días más divertidos de mi vida, incluso, al salir de la fiesta no paraba de decirle a Pepe, “este es el lugar en donde nos vamos a casar”.
Días más tarde firmamos el contrato de la boda y dimos el anticipo, nuestro sueño se estaba haciendo realidad.
¡Pepe y yo nos casaríamos muy pronto!
Un mes después, Pepe me propuso matrimonio y oficialmente la organización de nuestra boda comenzó.
Durante un año completo estuvimos hablando con nuestra wedding planner, la cual fue amorosa y paciente en todo momento. Planeábamos nuestro primer baile como esposos, íbamos a Morelos para ver a nuestros proveedores, fotógrafos y maquillistas y no había día que no pensáramos en cómo sería el resultado final.
Es muy chistoso porque cuando comienzas a involucrarte más en el mundo de las bodas, dentro de ti surge una intensa por los detalles más chiquitos, la ansiedad y estrés te toman de la mano, emociones que jamás habías sentido se apoderan de ti y las decisiones de qué centros de mesa elegir o qué colores se ven mejor se vuelven algo cotidiano.
Debes de saber que esto solo se vive una vez, así que si estás por casarte, es necesario abrazar todos esos momentos, respirar profundo y reírte de todo porque al final tu boda será como siempre la soñaste y extrañarás ese rush.
En mi experiencia, todo se volvió más emocionante porque cada mes esperaba tener nuevas noticias de mi vestido, de vez en cuando sentía nervios por dejar la casa de mis papás, no dejaba de mirar Pinterest y pasaba horas viendo “Say yes to the dress”.
Así que si deseas evitar el estrés, lo único que necesitas es llevar cierto orden, ser más organizada, tener tiempos asignados para tocar temas de la boda y no usar las 24 horas del día para pensar en flores, invitados, damas, padrinos, etc.
Recuerda que también necesitas descansar y darte un respiro de vez en cuando.
Tampoco tengas miedo de pedir ayuda o platicar con tu familia y amigas de cómo te sientes, tener su apoyo total es esencial para no enloquecer (tanto).
Planear una boda no es tan sencillo como lo pintan en las pelis.
Es por ello que en los próximos días te iré contado todo lo que viví hasta llegar al día de mi boda, también te platicaré si vale la pena tener un wedding planner, cómo elegir a tus proveedores, qué colores escoger, cómo sobrellevar todas y cada una de las emociones que vas sintiendo y sin duda hablaremos de EL VESTIDO.
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